10 de ago. de 2008

Reflexiones Sobre el Machismo, Hembrismo y Feminismo

Son muchos ya los años que llevamos luchando por la igualdad de las personas discriminadas por razón de sexo, raza, condición social, etc. Y sigo teniendo la sensación de que todavía no se ha vanzado mucho, ni tan siquiera en el ámbito educativo, ámbito en el que la lucha por la igualdad de las personas es de vital importancia para el futuro y es un objetivo legal.

Quiero dedicar estas reflexiones a todas las personas del ámbito educativo, con todo mi cariño y respeto, así como con la voluntad de limar asperezas, informar y profundizar en el respeto de las diferencias de género y en pro de la equanimidad en educación para la sociedad presente y futura que estamos educando.

Por un lado existe la creencia de que todo esta perfecto, que la igualdad es absoluta en nuestros tiempos, que no existe discriminación negativa por razones de sexo, porque el análisis que hacemos de la vida y de la sociedad lo hacemos considerando única y exclusivamente las vivencias explícitas y el entorno inmediato. En este sentido, hay que decir que pese a la globalización, el alcance de la cosmovisión humana justo llega a las fronteras de nuestro país, un país pequeñito que se encuentra entre los que se consideran “desarrollados y modernos”, sin hambrunas, guerras de religión, mortandad infantil, carencia absoluta de derechos humanos, epidemias que arrasan la población como el SIDA, etc.

En los centros educativos los debates por la igualdad siguen provocando un acalorado debate en cuestiones tan simples y educativas como la de no usar un lenguaje no sexista, hacer visibles a las mujeres, la corresponsabilidad doméstica, etc. Y comparto con la escritora feminista Adrienn Rich que en un mundo donde el lenguaje y el nombrar a las cosas es poder, el silencio es opresión y violencia.

Parece que el profesorado no está sensibilizado todavía, o que tenemos poca información al respecto. Por ello quiero dejar claras varias cuestiones para que el lector o lectora de este texto se sitúe donde considere de forma responsable y consciente, conociendo el significado de cada concepto y sabiendo a qué atenerse o porqué luchar sin miedo a “meter la pata”:

• MACHISTA: Actitud de prepotencia de los varones respecto de las mujeres (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 1992).

• FEMINISMO: 1.- Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. 2.- Movimiento que exige para las mujeres los mismos derechos que para los hombres (Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, 1992).

• HEMBRISTA: Pese a no estar recogido el término en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, etimológicamente es todo lo contrario de machista: Actitud de prepotencia de las mujeres respecto de los varones.

Tras lo anterior, creo que ya se irán disipando algunas nieblas sobre el asunto conceptual de estos términos y se empezará a alimentar la carencia de claridad y conocimientos respecto a cuestiones relacionadas con el género, así como una fuerte resistencia al cambio, gracias al androcentrismo vigilante y atento a los cambios, que provocan situaciones como las siguientes, que forman parte de mi experiencia y que también son objeto de clarificación:

• Se confunde el término género con el sexo, lo cultural con lo biológico. Es decir, nos tiene que quedar claro que la dotación sexual de cada persona es de carácter biológico, lo cual dista del término género que es una construcción cultural que determina desde el principio de los tiempos, y se transmite de generación en generación, cómo se debe comportar una persona según su sexo, si es hombre o mujer, asociándolo rígidamente a su estereotipo de género. Sobre este último es sobre lo que la escuela debería incidir para corregir las desigualdades entre hombres y mujeres.

• Se conoce más claramente el término machismo. Pero no así el significado igualitario y “meridiano” del término feminismo, que se confunde habitualmente con el contrario del machismo, que es desconocido en nuestra sociedad androcéntrica: el hembrismo.

• Tengo la sana intuición de que hay muchas más personas feministas de las que se declaran abiertamente así. Estas personas son todas las que creen en el término medio, no en los extremos, en la conciliación de la vida entre las personas limando las diferencias por muy insalvables que éstas parezcan y, sobre todo, en los derechos humanos de todas las personas. Lo que pasa es que no se atreven a manifestar lo públicamente porque se les puede relacionar con algunas personas que enarbolando la bandera del feminismo, en realidad son hembristas, que se manifiestan abiertamente en guerra contra los hombres.

• Muchas personas rechazan el feminismo por que es la imagen estereotipada y sesgada de personas que enarbolan la bandera del feminismo (que tuvo sentido en su momento) y en realidad están planteando un discurso ideológico hembrista, tan corrosivo y recalcitrante como el machismo.

La desigualdad, sea del sexo que sea, es injusta.

• El uso del lenguaje no sexista es difícil que entre en algunas abezas, cuando en nuestro entorno tiene mucho poder, porque nos basamos en el lenguaje oral y escrito. Muchas personas lo tienen en cuenta aunque sólo sea por hacer lo políticamente correcto, pero no tienen claras convicciones de expresar lo femenino, que en aras del masculino genérico se oculta, se invisibiliza o esconde.

• Como no estamos sensibilizados ni sensibilizadas con el tema seguimos reproduciendo y reforzando sobre nuestro alumnado los mismos patrones culturales androcéntricos que traen a la escuela, inculcados por sus familias y la sociedad en general.

Dejando atrás los extremos, porque considero que no son nada buenos, las personas feministas sean del sexo que seamos buscamos el bienestar y la igualdad de vida de las mujeres y de los hombres y que honradamente creemos que:

a) Somos personas que no bromeamos con el sexismo machista o hembrista, buscando la superación de los errores de nuestras conductas y pidiendo perdón de corazón si nos equivocamos o herimos a alguien sin intención. Buscamos la igualdad y el respeto.

b Somos personas que huimos del resentimiento hacia las personas que no piensan como nosotros, respetando las diferencias de opiniones y valorándolas tan positivamente como las nuestras, pero sin compartirlas. La libertad opinión es un derecho.

c) Somos personas que nos alejamos de las polémicas acaloradas, discusiones o confrontaciones absurdas que nunca van a conducir a cambiar a las demás personas ni a nosotros mismos. Creemos profundamente en el respeto de las individualidades y en la construcción común de proyectos humanos con ideas de diversa índole.

d) Huimos de cualquier tipo de violencia, no buscando, jamás que prevalezcan nuestros planteamientos por encima de los de nadie. Nos importan las personas, todas, no queremos dejarnos a nadie en el camino, pues la vida es algo más importante, que las diferencias no pueden eclipsar.

e) Somos personas que nunca nos creemos en posesión de la única razón. Y por lo tanto creemos que nadie está quivocado o equivocada, ya que hay muchas razones distintas, las nuestras y las de las demás personas con todas las que tendremos que convivir, siempre dentro del marco de los derechos humanos.

f) Somos personas que creemos en los hombres y en las mujeres y en un proyecto de vida en común de forma armónica y respetuosa con las diferencias de cada persona.

g) No pretendemos ningún tipo de proselitismo, sino vivir la realidad de nuestras vidas de la forma más respetuosa posible con el resto de las personas y sus ideas.

h)Somos personas generosas con el resto de los seres humanos, pues sabemos que lo que más nos engrandece son los intercambios positivos que realicen con sus semejantes o con el medio que les rodea.

i) En la escuela miramos a cada persona como individualidad facilitándole lo que le falte, para que se desarrolle lo más óptimamente posible.

Ser feminista es más que un hecho personal consolidado; es un proyecto de vida, de superación personal, de buscar un meridiano ideal en la convivencia entre la humanidad, aderezado con un fuerte amor a todas las personas y el rechazo a toda forma de sufrimiento de carácter violento.

Todo ello lo fundamento en el convencimiento de que la humanidad tiene dos alas: las mujeres y los hombres. Y necesita de las dos alas para poder volar.

Enrique Vélez González. Maestro del CEIP Moreno y Chacón de Ayamonte. Huelva

http://www.ustea.org/revistas/AEL_Marzo_2008/AEL_8Marzo_2008_08.pdf

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